Cuando el apagón informativo apenas dejaba ver sus primeros rasgos, el portal Nuestras Voces apareció como una primera válvula. Las propuestas colaborativas no son nuevas ni en la Argentina ni en el mundo, es cierto, pero de un momento a otro empezaron a aparecer casi como la única alternativa expresiva. El portal nació a la par de la primera ola de despidos masivos de periodistas, el cierre en fila de medios alternativos y autogestionados y la caída general de la economía que empezó a hacer cada vez más complicada la posibilidad de proyectar horizontes en nuestro país. Sobre todo, en materia comunicacional, en donde el discurso hegemónico empezó a ocuparlo todo. Una vez más.
A partir de la participación de periodistas de reconocida trayectoria que fueron encontrando en Nuestras Voces un espacio para poder publicar las investigaciones que de repente nadie parecía querer sacar a la luz. La red se convirtió así en un centro de referencia periodística desde el cual se señalaron algunos de los desmanejos más renombrados de la administración Cambiemos en estos casi dos años de gobierno. Muchas de ellas, incluso, fueron base para las muchas denuncias penales que hoy enfrentan varios de los integrantes del gabinete nacional. Y varios allegados también.
Trabajo colectivo, rigurosidad informativa, profundidad en el análisis, compromiso con los tiempos que en suerte nos tocan vivir. Todo eso se conjuga en la gran diversidad de temáticas que se desarrollan desde www.nuestravoces.com.ar. El usuario, que deja de ser usuario para convertirse en un productor más de los contenidos de la página ya no sólo que no queda forzado a ser un simple consumidor sino que tiene la posibilidad de proponer y escribir sus propios artículos que se van sumando en el sitio. El espacio funciona, así también, como un gran gestor y descubridor de nuevas plumas que se suman desde diferentes lugares de Argentina y el mundo, enriqueciendo las perspectivas de análisis.
El planteo, leído desde los tiempos que corren y las formas que se imponen, es hasta contracultural. «Creemos en una sociedad diferente, con una forma de comunicación y de asociación diferente, es que Voces va a sostenerse con tu aporte y el de cada uno de los miembros de esta comunidad que comparta con nosotros la necesidad de encontrarse para comprender, para disfrutar y para imaginar juntos sin depender de las lógicas del mercado o el circuito del dinero. Creceremos en la medida en que crezca nuestra comunidad y nos afianzaremos en la medida en que nuestras voces se vuelvan necesarias«, dicen al describirse a sí mismos. La base de la cultura colaborativa como fundamento y bandera en tiempos en lo que todo vuelve a ser planteado desde el uno contra uno. En Nuestras Voces, el colectivo se expresa desde la forma de nombrarse y desemboca en la incertidumbre que convierte las preocupaciones en una aventura conjunta. Al final de cuentas, aseguran, nadie sabe «hacia dónde va este mundo, pero sabemos que queremos ir juntos«.