«AYÚN, ver la luz en el otro»: Desenmascarando al opresor

Guadalupe Iturrioz presenta por primera vez en Córdoba "Ayún, ver la luz en el otro", el 9 de julio de 2025 a las 20, en Teatro La Chacarita

El «multipersonal» de la artista chubutense explora la conexión entre el extractivismo y el patriarcado como sistemas de dominación, que afectan tanto a la tierra como a los cuerpos de las mujeres.

Pantalone y Arlequín se mezclan en escena con mujeres representativas de la historia de nuestro país y el continente, como las Abuelas de Plaza de Mayo, Tita Merello, Eva Perón o Mercedes Sosa, oponiendo la crueldad del opresor al amor emancipador de la mujer americana.

La obra llega a Córdoba luego de 16 funciones a sala llena en La Juntadera de Esquel, cogestora del apoyo del INT. «Lo disfruté muchísimo y ahora voy a disfrutar visitarlos a ustedes, volver a Córdoba», dice Guadalupe Iturrioz.

La Chacarita Teatro, ubicada en la calle Jacinto Ríos 1449 de la ciudad de Córdoba, abrirá sus puertas a las 20 horas del miércoles 9 de julio. Las entradas anticipadas cuestan 10 mil pesos (o dos por 18 mil) y pueden adquirirse por transferencia al alias ayun.obra (enviar el comprobante al WhatsApp +54 9 351 222-0406). En puerta costarán 12 mil pesos, el día de la función.

Ver la luz en el otro

El concepto ver la luz en el otro es un pilar fundamental de la obra. Busca inspirar a través de la reconstrucción de la identidad y la lucha colectiva por la naturaleza y la autonomía femenina, ofreciendo un mensaje de esperanza y resistencia.

La frase refuerza a la premisa de que «nadie se salva sólo, en la vida misma pero también en el teatro», y la importancia de encontrar un sentido en medio de las «atrocidades y oscuridades que vivimos como sociedad».

El texto original que inspiró la obra es Munay, traducido del Quechua como el poder del amor. Guadalupe (o Lupe, así prefiere que la llamen) y Manila Prado lo adaptaron al contexto de Esquel. Decidieron titularlo Ayún, que significa nacimiento del amor en mapuzungun, la lengua de los Mapuche – Tehuelche, y, al buscar otros significados, apareció la frase ver la luz en el otro.

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Ayún, lucha femenina y esperanza en escena

Ayún, ver la luz en el otro es un impactante espectáculo teatral unipersonal creado y protagonizado por María Guadalupe Iturrioz, reza la promoción en la prensa. La obra aborda la intersección entre el extractivismo y el patriarcado, presentándolos como «dos caras de la misma moneda».

Es «esencial para comprender y reflexionar sobre la capacidad de las comunidades para resistir y encontrar la esperanza». Está dirigida a jóvenes y adultos, profundizando sobre problemáticas sociales y la resiliencia humana.

La actriz indica que «aparte del mensaje de esperanza que vemos en la cosmovisión de los pueblos originarios y su contacto con la naturaleza, en Ayún está presente la lucha que afrontaron las mujeres a lo largo de la historia».

El génesis de Ayún

Durante el «Diplomado Internacional de Máscara Teatral» que se realizó en Colombia en 2023, al que asistió Guadalupe Iturrioz, nació la inspiración para Ayún, con un denominador común: las luchas de Latinoamérica.

Pero el germen estaba implantado desde antes. En 2003, el gobierno de Esquel convoca a las urnas para plebiscitar la instalación de un proyecto megaminero en la zona. Una adolescente Guadalupe, al no tener edad para votar, participa en las marchas de estudiantes y ciudadanos que se oponen al proyecto, logrando que más del 80 por ciento de los votantes digan «No a la mina».

«Mi querida ciudad natal me enseñó que cuando hubiera una injusticia me encontraría con otrxs en la calle para reclamar lo que hay que defender», reflexiona la artista aclarando que lleva ese hecho «como una bandera».

En ese momento, aún sin saberlo, surgió la idea de «hacer una obra de teatro con estos personajes de la vida real que quieren explotarnos, despojarnos y contaminarnos».

Arlequín y Pantalone

Veinte años después «voy al diplomado de máscaras en escena en Bogotá y conozco a Jonan Naranjo y Nicolle Escobar, que tienen La Mascarada. Me dan algunas máscaras y entre ellas están Arlequín y Pantalone, los arquetipos de la comedia del arte».

Pantalone, con su nariz larga y ganchuda, su barba puntiaguda y sus zapatos con la punta levantada, en la comedia italiana simboliza a los mercaderes avaros y codiciosos. Para Guadalupe, «es la representación de las multinacionales de extractivismo que siempre quisieron estar en mi pueblo, pero también del patriarcado y el colonialismo. En la representación de estos sistemas de opresión que venían por todo, se juntaban todas las luchas».

«Jonan — además — me cuenta que tiene un texto sobre las mineras de carbón en Colombia y me comparte Munay, un trabajo que había hecho para títeres pero que nunca llevó a escena», narra.

Nada fue fugaz

Así comenzó el proceso de Ayún, ver la luz en el otro que estrenó casi dos años después bajo la dirección de Manuel Prado, con el respaldo del INT. Prado también colaboró en la adaptación del texto.

En un extenso trabajo que tuvo mucho de aprendizaje, la artista pensó en qué actores y artistas podrían interpretar a Arlequín, las siete mujeres, Pantalone y otros cinco o seis personajes, «pero no me dieron mucha bolilla», forzando la transformación de la obra en unipersonal.

El resto es historia, o más bien teatro: dieciséis funciones en Esquel, una próxima en Córdoba, otra en Jesús María y la participación en el Dramatiza 2025, el Encuentro Nacional de Profesores de Teatro que en su 25º aniversario se realizará en Corrientes.

La luz en Guadalupe

Guadalupe Iturrioz es profesora egresada de la Escuela Superior de Teatro «Roberto Arlt» de la Universidad Provincial de Córdoba, complementando su educación con Cristian Cavo, David Picotto, Laura Ortiz, Fabio Mangolini (Italia), Juan Carlos Agudelo (Colombia), Alfredo Iriarte y Guillermo Vanadia, entre otros. Participó en Teatro x la Identidad, Grupo Picaporte y Teatro Jardín Laboratorio y es reconocida por su personaje Clown «La Cholita», en varietés y festivales.

Desde que Jonan Naranjo le sugirió que ella misma se ponga en el papel de todos los personajes utilizando las máscaras, es actriz, dramaturga y productora.

En diálogo con Cultura Caníbal muestra sus sentimientos que van y vienen continuamente, superando los límites de velocidad. Durante toda la charla aparecerán la risa, la nostalgia, la sorpresa, el temor y la alegría, y finalmente el llanto emocionado.

Auto bio

Respira profundo antes de responder quién es. «Presentarme es más difícil de lo que creí», dice y arranca: «mi nombre es María Guadalupe Iturrioz, me gusta que me digan Guada o Lupe».

Aquella frase somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros, atribuida a Jean Paul Sartre y que acompaña a Lupe en diferentes etapas de su vida, la hace priorizar lo personal sobre lo profesional en su mini autobiografía Caníbal.

Cuenta que es «una persona con discapacidad auditiva» con dos implantes cocleares «con los que logré tener mis dos oídos biónicos en el 2019 y en el 2023» y que «gracias a eso puedo escuchar el mundo y recrearlo como tenga ganas» (NdeR: no lo dice aquí, pero tiene un registro personal abierto de todo su proceso desde la primera operación, en Crónicas de un implante coclear)

Varios montones

«Estoy cerrando el primer ciclo con el Instituto Nacional del Teatro», cuenta pasando al plano de Ayún, ver la luz en el otro. Anticipa que «todo esto todavía está muy a flor de piel» y que es hora de «empezar el segundo ciclo, que es presentarme en Córdoba y después en Corrientes, en el Dramatista Nacional número 25. Es un montón», se sorprende en un suspiro sostenido.

Es que más allá de la frase que sintetiza en tres palabras el trabajo de dos años, efectivamente fueron un montón de funciones en su primera puesta. «Teníamos que hacer dieciséis en dos meses, que era el requisito del INT. Pensá que Esquel no llega a los cincuenta mil habitantes, siendo exagerada, y, no sé, calculo que el dos por ciento de la población va al teatro».

También será un montón, ya no cuantitativo sino anímico, «presentar esto en Córdoba a 10 años de haberme recibido en la Roberto Arlt».

Espectáculo multipersonal

Según cuenta Lupe, en el mundo de Ayún, Pantalone y Arlequín conviven con «las abuelas en todo su espectro, sean Abuelas de Plaza de Mayo, abuelas de nuestro árbol genealógico, abuelas sabias de los pueblos originarios, etc.» y mujeres de nuestra historia. «Aparecen también María Remedios del Valle, Aimé Painé, Tita Merello, Eva Perón, Mercedes Sosa y Gilda».

Dice que más que un unipersonal es un multipersonal, «porque además están presentes mi linaje ancestral, las personas que trabajaron en este proyecto, mis amigas, mi familia, mis colegas… más que unipersonal es pluripersonal».

Al mencionarlas, la glotis siempre traicionera se empieza a cerrar y la voz inevitablemente tremula. «Me acordé de un montón de mujeres que me inspiran. La doctora que me operó los oídos, mi fonoaudióloga, mi mamá, mis colegas, cada una atravesando sus luchas en el lugar que ocupa».

También viene el recuerdo de «mis amigos Joaco, Peka y Meme («los 4 fantásticos»), que fueron mis compañeros en la Roberto, con quienes cursé esos 4 años».

Reencontrarse y seguir

«Estoy muy contenta con todo esto que está pasando, agradezco esta oportunidad y espero poder encontrarme con mis profes, con ustedes, con mis compañeros, compañeras, con todos», anuncia antes de la despedida.

Enfatiza que «fue una experiencia muy intensa, pensé que no iba a ser posible pero lo logramos con mucho orgullo, con mucho trabajo pero con mucho por delante todavía. Quiero seguir aprendiendo de todas estas experiencias».

«Para mí, haber parido este unipersonal es encontrar parte de mi identidad personal y colectiva, de lo que fui, de lo que soy», finaliza con la voz finalmente quebrada. Es que debe ser cierto, volviendo a Sartre, que nuestra identidad se construye a través de nuestras acciones.

*Todas las fotos de esta nota son de Matías Kowalczuk

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