El cantautor cordobés presentó sus canciones en El Vecindario.
Desde hace más de cinco años, Agustín Druetta vive en Villa María. No se fue escapando, pero tampoco niega haber estado buscando un poco de aire menos contaminado que el de la ciudad que lo vio crecer y que lo cruza espiritual y artísticamente. Luego de la experiencia cordobesa de Ole Blando y la villamariense Los Primos de la Bigornia, Druetta decidió hace un tiempo abrirle camino a sus canciones en solitario. Autor sensible y políticamente molesto, vuelve a Córdoba para presentar su espectáculo «El Bar», que él mismo define como «un recital de rock con algunos condimentos teatrales«. El domingo 13 en El Vecindario (Marelo T de Alvear 835) subirá al escenario con una banda integrada por Nacho Ramia, Mathi Molina, Manu Farías y Simón Beaulieu en la batería y lo compartirá con la actuación de Gabriel Marasini bajo la dirección de Joaquín Aguiló. «Pasa que algunas de mis canciones hablan de personajes: están los sufrientes de las canciones de amor, los delirados de las canciones locas, la abuela facha, el nieto progre, el que acaba de ser papá y está de caravana, los falsificadores del todo mal boló. La idea era darle piel a esos personajes, sacarlos de las canciones y darles un cuerpo, así que decidí llamar un actor para personificarlos» dice abriendo el diálogo con Otra Canción en la previa al concierto que lo volverá a reunir con su público primigenio y sus antigüos laderos creativos.
Otra Canción: Hay dando vueltas un conjunto de canciones que tienen ya un tiempo pidiendo pista. Y girando también. ¿Cómo vas armando tu repertorio como solista?
Agustín Druetta: La idea surgió en un viaje que hice en mayo. Estuve recorriendo España y tocando a la gorra por las calles. Eso me hizo pensar mucho en mis canciones, escucharlas de otra forma. Por ejemplo: ¿Cuáles son las canciones que más llaman la atención? ¿Cuánto hay de argentinidad en mis temas? ¿Cómo se leen estas letras sacadas de contexto? En fin, le estuve dando muchas vueltas al asunto y terminé haciendo una selección. De los Ole Blando elegí los temas más nuevos y algunos inéditos. De Los Primos de la Bigornia usé “Acaba de ser papá” y “Todo mal boló” que son dos cumbias bastante sugerentes. Y de mi repertorio solista agarré lo que me parecía más pila, pero también un par de canciones bien oscuritas como para contrastar. Una vez que terminé la selección me pregunté si todas las canciones debían ser propias, si no podría ponerme alguna vez en el lugar del intérprete, como lo han sido grandes figuras de nuestra música. Así que decidí sumar dos covers al show. Quizás no son canciones famosas, pero me llegaron al corazón y las siento como propias al cantarlas.
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