La industria de los videojuegos ha evolucionado tanto en el último tiempo que puede ser igualada a los grandes monstruos del entretenimiento como el cine. Las historias que se cuentan, los hilos argumentales y sus personajes han ido ganando lugar en nuestra cultura popular. Mario Bros., Lara Croft, Pac-Man y Zelda, por poner sólo unos ejemplos, son algunos de los personajes que se han ido instalando lentamente en nuestra vida cotidiana, traspasando incluso la barrera de las consolas para llegar a las pantallas, la literatura y el comic.
Si algo tuvo el inicio de los videojuegos fue una impronta sexista. Los primeros esquemas narrativos tenían a la mujer como trofeo. En el Popeye de Atari de 1983, nuestro espinacoso héroe peleaba contra Brutus y sus secuaces por el premio: Olivia. Nintendo, que no pudo hacerse con los derechos de Popeye, lanzó su primer videojuego estrella: Jumpman, nada más ni nada menos que el viejo amigo Mario Bros. luchando contra Donkey Kong por su trofeo: la Princesa Peach.
Entre los juegos populares, The Legend Of Zelda intentó, sin éxito, remediar esta situación. Aunque el título hacía referencia a la princesa Zelda, el protagonista Link luchaba honorablemente por ella en un mundo fantástico lleno de males oscuros.
Cuando la industria se percató que debía apuntar al segmento femenino, aparecieron juegos orientados a ganar ese mercado, pero con figuras muy estereotipadas: los personajes y mundos eran rosa, por ejemplo. También surgieron las versiones femeninas de algunos personajes como el caso de Ms. Pac-Man.
El comienzo del cambio
Quizás todo comenzó a cambiar en 1986, con la llegada del primer Metroid. Allí apareció Samus Aran, una de las primeras protagonistas de una serie de videojuegos. Al inicio no había ningún indicio de que Samus fuese mujer; el libro de instrucciones incluso indicaba que se trataba de un hombre. Sin embargo, al acabar el juego completo antes de una hora se revelaba una joven y atlética Samus.
Diez años más tarde, en noviembre de 1996, apareció en plataformas como Sega Saturno, PC y Playstation, la versión femenina de Indiana Jones que por sus curvas se ganó el corazón de los gamers: Lara Croft. Tomb Raider se ha convertido en una de las franquicias más rentables de la industria, llegando al cine con una versión hipersexualizada, fría y controladora, encarnada por Angelina Jolie. A veinte años de su salida, el personaje ha ido cambiando y la Lara moderna no es una bomba sexy exploradora, sino que ha adquirido un aspecto más humano con una profundidad argumental sobre su pasado que le da otra dimensión y permite empatizar con ella. La Croft moderna está empoderada y es libre sin necesidad de mostrar su cuerpo sino que se refuerza su inteligencia y perspicacia.
Otras grandes mujeres
Fuera de los personajes como Chun-Li (Street Fighter) o Sonya Blade (Mortal Kombat), que forman parte de un un gran cast de jugadores y jugadoras, en el último tiempo han aparecido grandes heroínas que se han transformado en éxitos de venta. El gran The Last of Us nos presentó a Joel y su compañera de aventuras Ellie. Si bien sólo podíamos utilizar a Joel, Ellie se volvió tan popular que Naughty Dog lanzó una extensión donde la protagonista es la joven que posee inmunidad al virus que convirtió a casi todo el mundo en zombie. Se espera una secuela del juego para el año que viene, con una Ellie adulta y hay rumores de que ella será el personaje principal.
Dos de los títulos más populares de esta primera mitad de 2017 tienen a mujeres como estrellas. Por un lado NieR: Autómata, un videojuego de rol de acción desarrollado por PlatinumGames y publicado por Square Enix para Microsoft Windows y PlayStation 4, que tiene tres personajes femeninos. Por el otro lado hemos conocido a Aloy del Horizon Zero Dawn, una heroína con todas las letras, autosuficiente, independiente y bondadosa que lucha contra máquinas gigantes en un mundo retrofuturista. Un personaje maravilloso con el cual se genera una complicidad que hace doloroso llegar al fin de la historia.
Del otro lado del joystick
La mujer también ha obtenido pequeñas victorias dentro de la industria, en la tarea de desarrollo. Desde la aparición de Carol Shaw, la primera desarrolladora de Atari, más mujeres han comenzado a ocupar roles fundamentales en el diseño de juegos.
Más adelante apareció Roberta Williams quien trabajó en la primera aventura gráfica de la historia, Mystery House, y en otros 30 juegos, entre ellos King’s Quest y Phantasmagoria. Junto a su marido, creó la empresa On-Line Systems, que luego se convirtió en Sierra. La desarrolladora Brenda Romero firmó la serie Wizardry, que asentó buena parte de las bases de los juegos de rol. En su currículum tiene 47 juegos, entre ellos Dungeons & Dragons: Heroes y Playboy: The Mansion.
Otro nombre destacado es el de la ya veterana Amy Hennig: empezó como artista en épocas del Atari 7800, para luego ser animadora de Electronic Arts y posteriormente directora de videojuegos. A finales de los 90 pasó a Crystal Dinamics donde dirigió y escribió Soul Reaver 2 y Legacy of Kain: Defiance. Su siguiente destino fue Naughty Dog, como directora creativa de Jak and Daxter y directora del primer Uncharted. En las siguientes versiones de la saga fue también su guionista.
Jade Raymond es conocida por haber dirigido Ubisoft Toronto y por ser la productora de los primeros capítulos de Assassin’s Creed. Desde 2015 es la directora general de Motive Studios, responsables de la campaña para un jugador de Star Wars: Battlefront II.
Rhianna Pratchet empezó como periodista para luego ser guionista de Beyond Divinity, Heavenly Sword, Tomb Raider y Mirror’s Edge, entre otros. Y la japonesa Yoko Shimomura compuso la música de Street Fighter II, Parasite Eve, Legend of Mana o Kingdom Hearts II, y la norteamericana Laura Shigihara se encargó de poner la música a To The moon y Plant vs. Zombies.
Kim Swift estaba en el grupo de estudiantes que desarrolló Narbacular Drop, el juego que llamó la atención de Gabe Newell que los contrató para Valve y convirtió el juego en el ya mítico Portal. Dentro de Valve, Swift trabajó también en Left 4 Dead. Ahora está en el desarrollo de Star Wars Battlefront II.
Un nombre imprescindible en los videojuegos -sobre todo si hablamos de los indies- de los últimos años es Kellee Santiago, cofundadora de Thatgamecompany, donde produjo Flower y FlOw. Durante el desarrollo de Journey fue presidenta del estudio. Después pasó a Ouya y actualmente trabaja en Google Play Games.
Fuente: vandal.net