El cancionista cordobés presenta»Lúdico», su segundo trabajo discográfico.
No hay demasiadas introducciones que inventar para hablar de Marcos Luc. Sólo que la última recompensa tras la espera viene en estuche circular. Las once canciones que forman parte de «Lúdico» comenzaron a forjarse desde hace aproximadamente cinco años. Apenas unos meses después de haber salido al ruedo con su disco debut, «Urbana» (2011), el cordobés empezó a dar cuerpo a un corpus de canciones que encontraron en el juego y el azar una línea conceptual que se fue enriqueciendo con las historias citadinas en las que Luc se desenvuelve con la solvencia del trovador que se reconoce en su tiempo y su espacio. Desde allí, los caminos empiezan a bifurcarse y el mapa final de canciones escapa de las oscuras mesas de encierro y apuestas para comulgar con la crudeza callejera y, otra vez, la vida en las ciudades actuales. O al menos de la vida Córdoba, la ciudad que Marcos sigue eligiendo para mirar, para vivir y para contar.
«El disco fue creciendo con tiempos biológicos, como un ser vivo» dice Luc a Otra Canción en la previa a la presentación oficial del sábado en El Vecindario (M. T. de Alvear 835). «La idea es lo único que ha permanecido desde el principio, con intención de disco conceptual pero manteniendo la autonomía de la canciones, la mayoría de las cuales han sido compuestas en el contexto conceptual. De las canciones que habían sido compuestas con anterioridad, sólo quedaron las que se adaptaban mejor al juego«.
La referencia, en “Lúdico”, toma a las figuras del póker para usarla de modo clasificatorio. Para nombrar cosas que las canciones ya nombran. Así, el disco hace jugar a tréboles, diamantes, picas, corazones y, obviamente, al comodín. Para su hacedor, «todas las canciones del mundo, igual que las películas, los relatos, las novelas, hablan de muy pocas cosas. Son historias humanas, y como tales, las temáticas siempre son las relaciones entre nosotros, como el amor, la cosmovisión, las relaciones de poder. Son las principales preocupaciones humanas. Por eso la categorización funciona. No sólo con estas canciones sino con todas. Los cuatro palos de la baraja también representan tópicos humanos, y me sedujo para llevarlo al disco. No es una categorización taxativa, es más bien un juego» dice.
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