¿Se acabaron las ideas? Cine y televisión de refrito

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Debe ser difícil en estos tiempos de instantaneidad y rápida evanescencia de los productos culturales, sostener la producción televisiva y fílmica que genere un ruido mediático perdurable. Lo que hace unos días fue un boom, hoy ya ni recordamos. Quizás sea por eso que la industria comienza a echar mano a los éxitos de antaño para mantener viva la maquinaria, lo que a veces es un error porque finalmente triunfan proyectos novedosos -aunque llenos de referencias, claro-, como Stranger Things.

Sin descontar las películas y series basadas en cómics o personajes históricos y franquicias como Star Wars, ya se proyectó, hace unos meses, en los cines las remakes de Ben Hur y de Los 7 Magníficos, que protagonizaran en los 60 Yul Brynner, Steve McQuinn y Charles Bronson, ahora con Denzel Washington, Ethan Hawke y Chris Pratt. En los próximos meses se espera vean pantalla nuevas versiones de Baywatch, Jumanji, la parte dos de Trainspotting, mientras Ryan Gossling ya filma una nueva Blade Runner -¿Con qué necesidad?-. En la tele de cable Argentina se estrenó una versión de pantalla chica de Arma Mortal, -luego del fracaso que supuso la reposición de Rush Hour-, y en Estados Unidos volvió MacGyver con un debut exitoso y una serie basada en El Exorcista -También se ve en nuestro cable- con moderada repercusión.

Vale preguntarse si no hay ideas nuevas o si la moda retromaníaca nos deja anclados a una nostalgia permanente que añora un tiempo pasado que cree mejor. Este tiempo de pastiches pop, sólo han traído un par de buenas remakes y luego mucho material “para mirar en el colectivo”. Stranger Things, Breaking Bad, Games of Thrones -sacado de un libro pero sin pasado en pantallas-, Dr. House, Homeland y Lost -por nombrar algunas- han sido los booms más importantes de los últimos tiempos en la pantalla chica, mientras que de las remakes sólo House of Cards -basada en una miniserie británica pero novedoso para el resto del mundo- y Hannibal han podido conquistar el gusto de los televidentes. En el caso de los Expedientes X, el público está bien dividido. En el cine, el resurgir de los superhéroes de siempre, los personajes históricos y franquicias como Star Wars, Rocky, James Bond y Misión Imposible han conquistado los cines por encima de los aburridos regresos de Total Recall, Jurassic Park, el Agente de Cipol, Las Cazafantasmas, Robocop, Las Tortugas Ninjas y Transformers -entre otros millones-.

Este tiempo de pastiches pop, sólo han traído un par de buenas remakes y luego mucho material “para mirar en el colectivo”

La añoranza y la nostalgia se sacian rápidamente. Sólo bastan un par de minutos para darse cuenta que uno extraña “aquello” y no esto “renovado”. Mulder y Scully viejos, con pases de factura y sin la tensión sexual de los 90, no era lo que el público extrañaba. Es por eso que estos proyectos, en su gran mayoría, fracasan. Pero por otro lado la gente busca nuevas historias, adaptadas a los tiempos que corren, por eso triunfa Stranger Things. La cuestión retro es la forma de contar e incluso el escenario, pero la historia y los personajes son novedosos. A veces la industria para vender nos subestima como espectadores.

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