Confesiones de un ciudadano de mierda

[dropcap]1[/dropcap] En 1959, Phillip K. Dick, a quien todos conocemos por su libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? -versión literaria de Blade Runner-, escribió Confesiones de un artista de mierda. En este libro, Jack Isidore es «una ingenua alma perdida, un ser fascinado por fragmentos de información e incapaz de distinguir la realidad de la fantasía». El protagonista que pinta Dick es un tipo carente de sentido común, que parece mirar la sociedad desde fuera, en una época de post guerra donde comenzaban a reinar los medios de comunicación. El tipo cataloga viejas revistas científicas, recoge objetos inútiles y cree teorías refutadas, como las nociones de que la tierra es hueca o que la luz del sol tiene peso. Después de escuchar una de sus extrañas teorías su cuñado le dijo: “Isidore, sí que eres un artista de mierda”.

[dropcap]2[/dropcap] El martes 8 de noviembre de 2016, Donald Trump es elegido como el 45° presidente de los Estados Unidos. El mundo se agarra la cabeza, pero seamos sinceros, si hay algo que es previsible es el sistema democrático yankee y lo de Trump era esperable. Trump alguna vez escribiò en twitter: “De 6.000 abusos sexuales no reportados en las fuerzas armadas, sólo 238 han sido sancionadas. ¿Qué otra cosa esperaban, si mezclaron a los hombres con las mujeres, genios?”. Otra vez disparó: “El concepto de calentamiento global fue creado por los chinos, para volver a la industria manufacturera estadounidense poco competitiva”. Frases tiene miles. Claramente son frases de un artista de mierda.

[dropcap]3[/dropcap] Las semanas siguientes de las elecciones ganadas por Trump los medios comenzaron a echarle la culpa a Facebook por su victoria, sobretodo por la propagación de las Fake News o Noticias Falsas. Es que alguien hizo circular un rumor en forma de noticia que confirmaba que Hillary Clinton y su jefe de campaña, John Podesta, dirigían una red de tráfico infantil desde la pizzería Comet Ping Pong de Washington. Al parecer millones de estadounidenses son como Jack Isidore y eso les hizo votar a Trump.

[dropcap]4[/dropcap] Tom Wolfe, periodista y escritor norteamericano, se manifestó horrorizado y preocupado por las Noticias Falsas. No por el hecho de que la gente las haya dado por ciertas, sino por cómo los medios manejaron el tema. «No me sorprende que este gran momento de noticias falsas haya llegado, lo que creo que es una risa y media», dijo Wolfe. «He estado leyendo acerca de las noticias falsas y creo que es porque casi no hay comprobación de hechos, mientras que en los periódicos, aunque sean cojos, tendrán a alguien en la calle todos los días, por ejemplo. No sé quién está cubriendo la calle en estos días”. Incluso el Papa Francisco dijo que “leer noticias falsas es como comer excremento”. Las noticias falsas, rumores, conspiraciones y operetas, no sólo la viralizan ciudadanos hoy, sino también periodistas y medios de comunicación, que debieran tener fuentes para refutar o comprobar esos rumores.

[dropcap]5[/dropcap] “¡Estos yankees brutos!”, pensarás, pero el fenómeno es global. Miles de noticias falsas, disfrazadas como portales de noticias e incluso difundidas por los llamados grandes medios circulan por los diversos canales de comunicación de Argentina. Desde una falsa foto en blanco y negro de Macri con Videla hasta la teoría del asesinato de Néstor Kirchner en manos de su hijo Máximo, son noticias dadas por ciertas todos los días.

[dropcap]6[/dropcap] Facebook reemplazó a la peluquería o al bar de la esquina, pero con una mayor vertiginosidad respecto a la multiplicación de estos rumores o noticias falsas. El problema es cuando los medios de comunicación y los periodistas siguen actuando como Jack Isidore, cuando tienen las herramientas para no serlo. Y peor aún es cuando teniendo las herramientas deciden ser Jack Isidore para que haya muchos más Jack Isidores. Todos somos un poco artistas de mierda, pero frente al micrófono o la computadora y con un grabador en la mano, tenemos la responsabilidad de no serlo. Los periodistas, antes de ser periodistas, somos ciudadanos.

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