De músicas, mercado, leyes y oportunidades.

Hace apenas un mes, Litto Nebbia decidió cruzar los límites de la legislación vigente y reeditar la discografía completa del grupo Los Gatos cuyos derechos le perteneces a la empresa Sony. La apuesta, que incluyó carta documento e intimación pública se sustentó en lo que el rosarino denominó “la arbitrariedad y maltrato por parte de las compañías discográficas que utilizan la proscripción y la falta de publicación de la obra como una forma de castigo”. Los discos del quinteto fundacional del Rock Argentino se editó por última vez hace 25 años y el material se encuentra virtualmente descatalogado desde entonces. Nebbia los sacó por su sello Melopea y los repartió para su comercialización a lo largo de todas las disquerías del país. Ni la carta, ni las intenciones del músico que fueron recibidas con loas por el grueso de los músicos del país amedrentaron al gigante discográfico que ya comenzó a solicitar a los comerciantes de discos que retiren el material de sus bateas.

En entuerto entrará, entonces, en un debate legal. Y, más allá de los valores y las concepciones ideológicas que se pondrán en pugna, la ley da la razón a Sony. Sería esperable que este tema abra discusiones de fondo. ¿Quiénes deberían tener el poder decisión sobre la difusión de una obra que fue grabada hace cincuenta años? ¿Qué derecho ampara a un músico al que le retienen sus originales en un depósito por más de medio siglo? ¿Puede un artista avanzar en instancias que le permitan exigir a la empresa que garantice la comercialización de dicho material para que quienes deseen acceder a él puedan hacerlo? ¿Puede, en último caso, un músico decidir en reeditar su obra si la empresa que posee los derechos no lo hace por un espacio de tiempo “x”? A la luz de la legislación actual, todas las respuestas son las que le dan las razones a las discográficas. Que, amparadas en las leyes, se encargan de dejar todo por escrito en un contrato que los artistas firman primero, para quedar presos después.

Promediando el año 2015, el Instituto Nacional de la Música había anunciado que los derechos de cerca de 1500 obras que habían pertenecido al sello Music Hall regresaran a sus autores originales para que ellos decidiesen qué hacer. El caso quedaba exento de los reclamos más tradicionales (como el de Nebbia) ya que el INAMU encontró una grieta en el sistema que le permitió reclamarlos.  Music Hall había quebrado en el año 1993 y su patrimonio fue liquidado entre los acreedores. Las cintas, las grabaciones, el catálogo había quedado en una especie de depósito sin dueño esperando que alguien lo reclamase. Los derechos volvieron a sus dueños originales y a sus familias. Distinta es la situación de los discos de Los Gatos, en la que las empresas responsables del material no quebraron sino que se fueron vendiendo. Así, el material fue editado originalmente por RCA Víctor que luego fue mutando su razón social a BMG primero, a Ariola después llegando a la actualidad como Sony Music. Las decisiones sobre qué hacer con el material también se fue corriendo entre decisiones empresariales y coyunturales a la que fueron respondiendo los diferentes directorios.

Lateralmente, el caso Nebbia vuelve a poner en discusión en torno a las formas de producción y distribución de la música en la actualidad. En una computadora, en un celular o en cualquier dispositivo con acceso a Internet se pueden escuchar todos los materiales que hoy se señalan «descatalogados». Enumerar experiencias independientes en materia de grabación y distribución en Argentina y en el mundo sería redundante. Entonces, sabiendo todo esto ¿Para qué seguir grabando con la Sony? La respuesta se encuentra en las radios líderes, en los escenarios de los festivales y en las puertas a una difusión que, en primera instancia, muchos artistas creen no estar en condiciones de enfrentar en soledad.

El caso Nebbia sirve para discutir. El tema en cuestión es discutir qué cosa. El dilema vuelve a ponerse sobre mesa. O cambiamos las leyes que rigen el funcionamiento del mundo de la música desde el comienzo de los tiempos o utilizamos las herramientas que tenemos al alcance de la mano para crear otra realidad. Más acorde a la libertad y menos atada al mercado.

El cruce de cartas documento. 

En febrero, Nebbia intimó a Sony y decidió reeditar la discografía completa del grupo Los Gatos.

 

La empresa Sony Music rechaza las acusaciones e intima a retirar de circulación el material editado por Melopea.

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