«Hay una salida, tenemos que encontrarla, pero son los órganos del estado los que tienen que actuar».
La frase surge de la reunión que convocó a artistas independientes en la sede del Sindicato de Músicos de la Provincia para evaluar las acciones a seguir para frenar los robos -«sistemáticos», denuncian ellos- de equipos, instrumentos y otras herramientas de trabajo. La situación se viene dando desde hace tiempo, pero últimamente las redes sociales han servido para que medios de comunicación y contactos de los músicos se enteren. Incluso para que el gremio y los propios trabajadores piensen en acciones colectivas. Desde una campaña contra la compra de artículos robados y convenios con empresas aseguradoras para conseguir buenas pólizas hasta reuniones con funcionarios de gobierno y justicia.
Los damnificados, allegados, productores y otras personas que se solidarizaron con los artistas, se congregaron para pensar las estrategias en vistas que «existe un circuito de venta de estos equipos» y que «están sustrayendo instrumentos muy costosos y los pocos que pudieron ser recuperados fueron en situaciones especiales«.
Desde hace un par de décadas está instalada la discusión sobre la situación de los músicos independientes. Los espacios para actuar, las remuneraciones, el «pagar para tocar» y especialmente la toma de conciencia de propios y ajenos -artistas y público- de que son trabajadores. El recuperado sindicato ha puesto especial énfasis en ello procurando las salidas para varias de estas problemáticas, entendiendo que el camino es largo pero hay que dar el primer paso desde la organización. Al parecer, la idea de que la salida es colectiva va tomando fuerza y en este tema tan particular de sus herramientas de trabajo -todos sabemos que lo más preciado del músico es su instrumento- van a buscarla por allí. En el encuentro resolvieron como primeras medidas concertar reuniones con el Ministro (de Gobierno) Juan Carlos Massei, encargado de la seguridad en la provincia, y con la fiscalía del estado para coordinar medidas de prevención, investigación y seguimiento de estos delitos.
«Dado el valor de los instrumentos y el modus operandi con el que han sido sustraídos, consideramos que se trata de grupos organizados funcionales a un mercado en el cual se pueden comercializar«, sostienen, agregando que «quien debe actuar es la policía y el poder judicial, pero nosotros podemos aportar datos que los ayuden a conocer el entorno«. Además de estas acciones, se está conversando con aseguradoras para armar paquetes que resulten económicos, planean organizar charlas de concientización sobre la necesidad de asegurar los equipos y cómo proceder ante el robo, y armar un esquema de recopilación de datos de delitos porque hay muchos músicos que no denuncian ante las autoridades ni públicamente los hechos.
El motor está en marcha, hacia adelante hay que armar el muro de contención con políticas y trabajo colectivo para que los interesados por lo ajeno desistan de amigarse de instrumentos, consolas, amplificadores, micrófonos…en fin, herramientas de trabajo.