En 1935, un joven emprendedor de 31 años, llamado Martin Goodman, decidió crear una editorial dedicada a las historietas. El emprendimiento fue llamado Timely Publications y años más tardeMarvel Cómics. En aquel momento otra empresa, Action Comics (luego DC Comics), ya tenía mucho éxito en los kioskos vendiendo las historias de Batman y Superman. Los superhéroes comenzaban a ganarse a los jóvenes de la época y dejaban las tiras de los diarios para empezar a generar su propia industria.
El joven Goodman había creado una empresa familiar, dónde varios parientes se encargaban de cuestiones administrativas y contrataba a guionistas de Funnies Inc., un taller de escritores y dibujantes especializado en crear cómics para editoriales que no tenían el dinero o el tiempo suficiente para crear su propia plantilla. Con el éxito de los primeros héroes: Namor, Ángel y La Antorcha Humana (que no es el mismo de los Cuatro Fantásticos sino un androide que podía controlar el fuego), Goodman decidió ofrecerles un sueldo mejor a algunos guionistas de Funnies Inc. y creo su propia plantilla, con Joe Simon a la cabeza y a algunos dibujantes entre los que se encontraba Jack Kirby. Esta dupla crearía al primer personaje superpopular de la editorial: El Capitán América. Con el tiempo fueron ingresando jóvenes talentos a la empresa familiar. Uno de ellos era primo de Goodman, un muchacho de 20 años llamado Stanley Martin Lieber, que solía firmar con el seudónimo de Stan Lee.
Hacía finales de los 40 y principios de los 50, los superhéroes comenzaron a perder popularidad entre los lectores. La empresa de Goodman comenzó a tener altibajos y algunos problemas por fallidos intentos de expansión. En 1951 Timely pasaría a llamarse Atlas cómics y para 1955 ya no publicaba superhéroes, sino historietas bélicas, de cowboys, humor y ciencia ficción principalmente. Cuando quiso recuperar a los superhéroes, debió enfrentar un gran problema: el ataque que algunos grupos de presión lanzaban contra los cómics, con textos como La seducción del inocente, y que acabó produciendo que la mayoría de las editoriales adhiriesen a un código de conducta de 41 puntos de carácter conservador y protector para el público. La mala prensa que obtuvieron los cómics perjudicó seriamente a la industria. En 1957 Goodman debió llegar a un acuerdo con su rival, DC Cómics, para poder distribuir sus historietas y el joven guionista y editor Stan Lee, comenzaba a tener más trabajo en el desarrollo de las historias.

En 1960 Lee estaba a punto de dejar Marvel Comics, pero su mujer le convenció para que crease «el comic que deseaba hacer». Cansado de continuar historias iniciadas por otros, Lee se centró en la creación de nuevos personajes y buscó, nuevamente, un camino que traería de regreso a los héroes con superpoderes. En 1961 llegó su primer gran éxito con Los 4 Fantásticos, pero todavía tenía muchas historias más por crear. En unos pocos años, creó junto a Jack Kirby y Steve Ditko la gran mayoría de los personajes clásicos de la editorial. Entre 1961 y 1963 aparecerían Doctor Strange, Spiderman, Hulk, la Avispa, Iron Man y Thor, por ejemplo. Muchos de esos personajes se alimentaban de creaciones de DC Cómics, por ello Iron Man comparte características con Batman y luego de la aparición en 1960 de La Liga de la Justicia, Stan Lee introduce a Los Vengadores y los X-Men. En 1964 retornaron el Capitán América y Namor y aparecieron por primera vez Nick Fury y Daredevil.
El sello de Stan Lee
Hay algunas razones por las cuales los personajes creados por Stan Lee comenzaron a ganar terreno entre los jóvenes de los 60. En principio muchos de sus personajes eran tipos comunes, ni dioses ni marcianos, que por alguna razón obtenían sus poderes y también estaban insertos en el mundo «real». Iron Man y Spiderman vivían en New York y no en ciudades ficticias como Metrópolis o Ciudad Gótica. La lógica apuntaba a que cualquiera podía llegar a ser un héroe y eso interpelaba directamente a los jóvenes que se identificaban con esos personajesparecidos a ellos. Por otra parte, al estar insertos en escenarios mundanos, las temáticas culturales, sociales y políticas se metían en las historias. Eso estuvo presente en los cómics de Marvel aún antes de Lee. El Capitán América comenzó a pelear con los nazis incluso antes de iniciarse la guerra y en 1966, movido por el movimiento de lucha por los derechos civiles afroamericanos aparecía Black Panther, el primer héroe negro. Lee recupero eso y profundizó sobre la personalidad de los personajes. Ya no eran seres superiores, perfectos y políticamente correctos, sino que empezaban a lidiar con problemas personales y dilemas morales.
Para mediados de la década del 70 Marvel Comics tenía una amplísima plantilla de personajes y en muchos segmentos le ganaba terreno a DC Comics. En esta época empiezan a aparecer antihéroes como Punisher (1974), un personaje dispuesto a hacer justicia por mano propia y sin medir consecuencias para vengarse por la muerte de su familia. Incluso algunos héroes tenían dilemas sobre como utilizar sus poderes y lidiaban con problemas comunes. Los personajes comenzaban a tomar mayor profundidad. Esto hizo que los archirivales, DC Comics, también comiencen a explorar lineas argumentales más profundas y oscuras, dotándolos de historias y backgrounds más interesantes. Como vemos, estos rivales, en su competencia, iban elevando el nivel de sus historias. El público contento.
Continuará…