La nueva era

La tercera edición del Festival La Nueva Generación y el vigésimo aniversario de la Peña Trashumante, realizados en el lapso de 48 horas en la Ciudad de Córdoba, marcan el afianzamiento definitivo de una nueva etapa de la música popular de nuestro país.

Afincados cada uno dentro de su campo de acción, ambos eventos reunieron expresiones que desde hace más de una década han logrado marcar un rumbo de apertura en el que las corrientes tradicionales de la música popular han abierto un diálogo que universaliza formatos, estilos y temáticas. En el evento realizado en el estadio de la Asociación Deportiva Atenas, las expresiones tradicionales de la fusión folclórica de nuestro país volvieron a manifestar un grado de apertura años atrás impensado. Tanto desde el público como desde los propios músicos, tan fervorozamente cuidadosos a la hora de no «defraudar» a seguidores y escuchas ocasionales. Si Córdoba alguna vez fue bandera del concepto de «peña pluricultural», eventos como el encabezado por Raly Barrionuevo recoge los laureles cosechados a lo largo de dos décadas de apuestas rupturistas y de vanguardia.

Algo similar, aunque a un paso mucho más vertiginoso, sucedió con los miles de jóvenes que se dieron cita en el Jockey Club durante toda la jornada del domingo. Estos últimos, protagonistas de un evento que pasará a la historia por el carácter germinal de un espacio que en tan solo tres ediciones pasó de cortar menos de 800 tickets en un club nocturno a contar con escenarios para multitudes en un predio en el que se reunieron poco más de diez mil personas para celebrar las canciones de artistas que, en el mejor de los casos, apenas si han grabado tres discos a lo largo de la última década.

Mery Murua, Micaela Vita y Milena Salamanca. Foto: Xime Alvarez Heduan

En tiempos en que los costos atentan contra el acceso a los eventos culturales y la crisis empuja a las multitudes a diseccionarse cada vez más para recluirse en pequeños espacios en los que el simple acontecimiento de la expresión libre aparece como bandera, los eventos mencionados están cargados de un fuerte componente político. Los pañuelos verdes son protagonistas, las mujeres ocupan los espacios centrales de la convocatoria y la convivencia entre sectores otrora enfrentados se abrazan en danzas y coros colectivos. Nadie jode, nadie se queja, y el que lo hace queda fuertemente expuesto a la incomodidad del repudio generalizado. 

«Seamos los jóvenes de una generación que cada día se levante para generar una sociedad que nos recontrallene de orgullo» dijo Louta (que casi nunca habla en sus conciertos) al cierre del Festival La Nueva Generación. Bueno, de eso se trata.

*La foto de portada es de Eric Davies