Marea sin marcha atrás

Salga como salga la votación en el Senado, hay una sensación de irreversibilidad, respecto a la discusión de la interrupción voluntaria del embarazo que marca un antes y después en la cultura política del país. En principio porque durante 2018, ganó la agenda social un tema que fue siempre tabú en una sociedad tan eclesiástica y conservadora como la Argentina. Las pibas se pusieron al frente de una batalla que enfrenta a una de las corporaciones más poderosas del planeta: la iglesia. Pero además pudieron colar la discusión en la agenda mediática argentina y no sólo en los medios periodísticos, sino también en los programas de espectáculos e incluso en la ficción («100 días para enamorarse» es claro ejemplo de ello).
Como un rayo, la discusión partió lealtades partidarias y creo solidaridades impensadas en en el contexto político e histórico de nuestro país. La facilista caracterización de «grieta» se vio atravesada transversalmente por un movimiento de mujeres, que lo revolvió todo.
La militancia creativa, consecuente y constante de las mujeres, sumada a la adhesión de importantes figuras del ambiente cultural, permitieron visibilizar la demanda de un derecho, que siempre ha tenido gambetas por parte del arco político nacional. Por convicción o por error, la habilitación por parte del Presidente de la Nación, abrió la brecha para poder colar la discusión y las militantes saben que esas posibilidades políticas deben ser aprovechadas.
Hoy parece que salga como salga el 8 en el Congreso, más temprano que tarde, el aborto será legal en nuestro país. El camino desandado en materia de formación por parte de los cuadros militantes y el terreno allanado para poder discutir estas cosas en nuestra sociedad dan una sensación de cercania, para la obtención de un derecho por el cual las mujeres vienen clamando por años.
El mundo pone los ojos en nuestro país. Nuestro ojos estarán puestos en el congreso. Las chicas vienen haciendo lo suyo y sólo resta que nuestro Senadores estén a la altura de la discusión y la demanda. Hoy pareciera que la marea verde, no tiene marcha atrás.