La serie Aguardamiento habla un poco de la memoria, del aguardar amorosamente algo que fue quitado, perdido, apropiado, robado. Gonzalo Cascón define con precisión la muestra que acaba de inaugurar, integrada por piezas cerámicas, telas embarradas y textos, «operaciones en las que el artista encuentra modos de representación».
«Del otro lado — dice — también hay alguien que espera, aguarda, busca. Tengo la sensación de que últimamente nos reúne el espanto y quería que en esta muestra nos reuniera la amorosidad».
Aguardamiento se puede visitar gratis los días hábiles de junio y julio, de 15 a 18 (con cita previa) y los sábados de 14 a 18 en Ankara, Calle 88 Nº250 de Colonia Caroya. Allí también se exponen La redondez infinita, de Miguel Ángel Bondone, y Hasta acá llegaste, susurra el viento, de Miranda Sarkis.
Una espera prolongada
Lo que Cascón expone ahora lo viene gestando hace muchos años, tanto que el título encapsula una espera prolongada, paciencia, un proceso de retraso y de permitir que lo indecible aflore. Requirió mucho estudio, archivo, registro propio de taller y muchos años de investigación.

Gonzalo sostiene que «el mejor momento siempre es el actual» y para Aguardamiento es ahora, en el contexto actual. «Estuve a punto de hacerla el año pasado pero creo que lo mejor que pudo pasar, fue que se haga en este proceso histórico y el mío personal también».
El aguardamiento es la acción de esperar que algo llegue o suceda; es cobijar, resguardar, la acción amorosa de atesorar, proteger o custodiar. La espera prolongada, en las historias de Gonzalo, es también la memoria colectiva «tan cercenada, perseguida y ocultada para que no se pueda rememorar».
La obra en piezas
La casona de Ankara Arte Contemporáneo es una construcción que tiene más de 150 años e intenta recuperar la memoria familiar de su directora, Carla Peresini. Las habitaciones frías parecen haber aguardado ese siglo y medio los colores también fríos de la cerámica y el paper clay.
La fusión del espacio y la obra remite inmediatamente a los oscuros lugares de la historia negra de nuestro país. La ropa de bebés y niños revestidos con pasta de papel y cerámica tiradas sobre una tabla en el piso de tierra, te traslada mentalmente a aquellas otras piezas de La Perla o Campo de La Ribera, donde parieron a los nietos.
«La muestra bucea en ciertos lugares oscuros, tristes, melancólicos. Habla de las infancias apropiadas en la dictadura, de los que no fuimos apropiados y de abuelos y abuelas que siguen aguardando», explica Cascón, aunque valora que haya «una multiplicidad de lecturas del público. Lo que más me enriquece es lo que el otro toma y reinterpreta porque cuando la obra sale de uno, empieza a ser parte del otro».
Petrificar el recuerdo
Aguardamiento se distingue por combinar formas y materiales en piezas cerámicas y utiliza extensivamente el mencionado Paper Clay, una pasta experimental china hecha de pulpa de papel y arcilla, que permite crear piezas muy finas.
Con la curaduría de Marta Rivero, la muestra se representa en tres espacios de la galería: la tierra, la mesa y el aire. La primera se concibe como un hallazgo arqueológico donde las piezas evocan restos fósiles, «petrificando el recuerdo amoroso para que no se pierda, se deteriore o se arruine».
«Nunca vimos a los dinosaurios, pero sabemos que existieron porque encontramos sus huesos. La ropa hace un paralelismo para saber que ese niño estuvo y amorosamente alguien la guardó para que quede en la memoria y no se degrade», enfatiza.
Identidad y denuncia
Cada pieza tiene una etiqueta con el nombre de quién, cuándo y porque la usó. El artista intenta inmortalizar «ese amor de la abuela que tejió los escarpines, el peluche de los primeros meses de vida, el chiripá, la batita».
En la última habitación hay ropa colgada en la soga. «Es un poco de respiro, sol, luz. Está abierta la ventana y entra el aire, se ve el patio, como en una casa donde las mamás, las abuelas o las cuidadoras colgaban la ropa de estos niños para que se seque. Ponerla al sol y mostrarla no sólo es el trabajo amoroso de lo cotidiano, sino un hecho político y casi de denuncia».




Decir lo indecible
Un pilar fundamental de Aguardamiento es la exploración de lo que no puede ser expresado con palabras. Aunque Cascón recorrió el mundo de las letras, la filosofía y la psicología, encontró que ciertos dolores eran indecibles, convirtiendo a la cerámica en su lenguaje para decir sin nombrarlo.
La producción de las piezas atravesaba momentos dolorosos, «a veces tanto que no podía ponerle palabras. Durante mucho tiempo me hacía llorar pero a la vez era catártico, logré exorcizar el dolor, hacerlo obra y acción».
«El espanto para mí es más fuerte que cualquier otra cosa y no encuentro palabras porque mi alma no puede más, pero puedo mostrar la cerámica. A veces es la única forma de decirlo sin quebrar el discurso al medio y quedarme empantanado en la tristeza y la angustia existencial», reflexiona.
Jugando con barro
Gonzalo Cascón pertenece al staff de Ankara. «Tengo plena libertad en lo que quiero realizar y desde el primer momento la directora Carla Peresini me dio todo el apoyo para Aguardamiento«, cuenta. Es la primera muestra en la sede nueva con un artista del staff, quien a su vez invita a otros ceramistas «con quienes me parece interesante dialogar».
Estoy orgulloso de trabajar en ese espacio, feliz de ser parte de este staff y tener la libertad de invitar a otros artistas
Gonzalo Cascón
Miguel Bondone con su obra La redondez infinita es uno de los invitados. «Es un histórico de la cerámica que trabaja formas muy orgánicas y hermosas, desde la redondez infinita de figuras humanas y animales, en barro rojo quemado con leña de Traslasierras, donde vive». Miranda Sarquis con Hasta acá llegaste, susurra el viento es la otra invitada. «Una artista contemporánea que trabaja en Córdoba con arcilla roja de La Rioja. Pertenece a la galería Luogo de Rafaela, Santa Fe, que tiene muchas cosas en común con Ankara».
Gonzalo reseña la conjunción de ceramistas: «Si bien esta muestra tiene algo más que cerámica, algo performático en las activaciones, algo textil y de arte efímero, es sobre todo una instalación cerámica. Estudio el paper clay hace mucho, investigo y tengo un trabajo de archivo, reflexión y clasificación, por ello me interesa el diálogo con estos ceramistas que también lo utilizan pero de distinta forma, con distinto lenguaje».
Lo interesante, en palabras de Gonzalo, es el trabajo colaborativo, que ofrece al público «tres muestras de cerámica con imaginarios, lenguajes y técnicas diversas».
Sol de otoño
La inauguración del pasado 17 de mayo reunió a artistas, coleccionistas, gestores y difusores de cultura y amigos de los expositores, entre muchos otros. El día acompañó con sol, un poco de aire fresco y una temperatura ideal para aprovechar el extenso patio trasero donde dispusieron la mesa larga y sillas para la pausa, el agasajo y las palabras.
La directora de Ankara, Carla Peresini, tomó la posta, con el timing perfecto entre que el público se asomaba al césped y en la mesa se descubrían vinos caroyenses, frutas y cazuelas calóricas, tan acordes al otoño cordobés (nuestras inauguraciones siempre son en torno a la mesa, para compartir el plato y que sea un momento de encuentro, había dicho Peresini en otro momento y otro lugar).
«Gracias por venir, para nosotros es una fiesta, espero que para ustedes también», resume en una sentencia el espíritu del lugar, a la vez que resalta que pertenecen a las galerías de la periferia, «a las que nos cuesta un montón traccionar y decir acá estamos, este es nuestro lugar«.
«Los invitamos a que vengan a disfrutar de propuestas increíbles», concluyó la galerista.

Gonzalo Cascón junto a la curadora Marta Rivero a su derecha y Carla Peresini a su izquierda
Gonzalo Cascón en primera persona
Para quienes no lo conocen, en la charla con Cultura Caníbal pedimos al creador de Aguardamiento una breve presentación en primera persona.
—Tengo 50 años, vengo de las letras y la palabra, recién a los treinta descubrí el mundo de las formas y el barro.
El taller es parte de mi obra y allí habitan infinidad de personas que la han traspasado, han permanecido o han elegido otros caminos
Gonzalo Cascón
»Tengo formación en cerámica, filosofía y psicología, de rata de biblioteca a jugar con barro.
»Soy curioso por naturaleza y un cúmulo de contradicciones tratando de poner en piezas y cosas el universo que tengo en mi cabeza.
»Casa Cascón es mi taller personal para generar obra, recibir personas y formarlas. Es también un acompañamiento para artistas que vienen a aprender la técnica de la cerámica.
Casa Cascón, donde el arte converge
La casa taller ubicada en la zona cercana al Parque de las Naciones, en la ciudad de Córdoba, es el proyecto de espacio multidisciplinario con fuerte presencia en el desarrollo artístico y personal.
«Fue creciendo orgánicamente y se convirtió en un espacio de muestras», explica. El lema es Casa Cascón, donde el arte converge, porque pasan más cosas que sólo cerámica: «Performances, ciclos de cine y lectura, sueltas de libros, talleres de tarot Junguiano — que ya están en marcha — y todas las actividades que se vayan proponiendo».
Destaca el Ciclo 445, donde cuatro artistas por año expondrán durante cuarenta y cinco días. Como es casa de artistas, en ese mes y medio los expositores residirán y dictarán talleres, clínicas y seminarios. «La idea es generar una comunidad que no sólo vea cerámica, sino todas las disciplinas del arte», comenta Gonzalo.
Estoy convencido que esto se hace entre todos, el mundo y la vida si no son compartidas no son lo mismo.
Gonzalo Cascón
Todos los meses de diciembre se realiza, desde 2019, la Feria +Arte «donde aquellos artistas con trayectoria conviven, se entrelazan e intercambian con los emergentes».
«Es el momento de hablar de amorosidad, como dije antes. La amorosidad, el abrazo, el encuentro, el recuerdo, la palabra, es lo único que nos va a salvar», cierra Gonzalo Cascón, que aún cree y espera.
Galería de Fotos de la Inauguración de Aguardamiento
Las fotos pertenecen a Ankara Arte Contemporáneo