Conocidas las programaciones de los festivales más importantes del verano cordobés – que en el orden nacional rankean en lo más alto de la valoración cultural argentina – la discusión en torno a la inclusión femenina parece no ser un tema que interpele a los organizadores. O al menos eso se desprende de las grillas oficializadas durante el último mes en el que el papel de las artistas vuelve a tener un rol bastante relegado en comparación con sus pares varones.
Días atrás, en una nota con el portal Silencio, el organizador de Cosquín Rock -José Palazzo- dijo “estar seguro de que lo del cupo es importante”, aunque agregó «¿qué pasa si yo me veo forzado a poner 42 bandas (con participación de mujeres)? Seguramente haya 12, por ser generoso, que van a ser una bazofia. Y voy a tener que sacar bandas que a lo mejor tienen talento y posibilidades para poder cumplir con el cupo femenino. (…) Va a haber una forma de rellenarlo sin que la industria realmente incorpore a la mujer. Creo que la mujer está incorporándose. En Latinoamérica cada vez veo más bandas de mujeres, por todos lados. Hay referentes muy importantes y creo que eso va a suceder. No sé qué va a pasar con la ley y no tengo ningún problema en salir a cumplirla, pero creo que el espíritu de la ley tiene que tener en cuenta que ese espacio que va a ganar la mujer no necesariamente va a darle posibilidades, porque no es que de ahí sólo van a salir bandas que tengan talento o le gusten a la gente”. En el festival de rock más importante del país – que incluso se ha convertido en un formato de exportación para todo el territorio continental – tan solo 22 mujeres aparecen entre los más de 120 artistas programados.
Hace unos días se conoció la grilla del Festival de Cosquín, que volverá a ser una tribuna mundial para la expresión de nuestra música raíz. La primera noche ya tiene un dato al menos llamativo: en el homenaje a Mercedes Sosa, una de las voces más importantes de la historia de la música popular del continente, hay mayoría de intérpretes varones – 6 de 10 -. En casi todas las lunas el mayor porcentaje de artistas al frente de los números del festival serán varones. Aunque puede hacerse la salvedad que aún faltan confirmar los nombres de quienes resulten seleccionados en las instancias del Pre-Cosquín, también es necesario señalar que el dato no modificará demasiado la tendencia. En la tercera luna (lunes 28 de enero) directamente no hay mujeres.
En Jesús María la situación es aún más preocupante. Según el relevamiento realizado por La Voz del Interior, 13 de los 69 números presentarán mujeres en el escenario. Si el cálculo se realiza sobre las artistas que ocupan roles protagónicos (solistas o voces principales en agrupaciones) de los que se presentan en el Martín Fierro, el número se achica a apenas cinco. En tres de las ocho noches, la presencia femenina estará totalmente ausente.
Vale señalar que hace apenas unos meses el Congreso de la Nación recibió un proyecto para garantizar la presencia de al menos un 30% de presencia femenina sobre “el total de artistas solistas y/o agrupaciones musicales de la grilla». El proyecto fue ingresado a la Cámara Baja con 15 firmas, 14 mujeres y un hombre. Entre los fundamentos que sustentan la ley se presentan datos estadísticos a nivel nacional basados en el Registro Nacional Único de Músicos del Instituto Nacional de la Música, que al 22 de junio de 2018 contaba con 37.346 artistas registrados, representando los hombre un 80% del total, de lo cual “se infiere que la proyección profesional de las mujeres en la música es notablemente más limitada”.
La idea del proyecto es que el espacio del 30% sea conformado por mujeres solistas, por agrupaciones de mujeres o por bandas mixtas con un 30 por ciento como mínimo de mujeres. Siguiendo este detalle, los cálculos realizados sobre la participación femenina en los festivales cordobeses que ganan la atención verano a verano, es aún más preocupante.