En una jugada política inédita, insólita y criticada por la totalidad de los actores de la Universidad Nacional de Córdoba que no pertenecen al oficialismo, el rector Hugo Juri avanzó con la reforma política que establece la elección directa de autoridades en esa alta casa de estudios, con ponderación simple. Es decir que de 15 facultades solo 4 tendrán en adelante la potestad de tomar decisiones en la misma universidad que pariera la Reforma Universitaria hace casi 100 años.
Luego de un frustrado intento de realizar el cónclave en el Pabellón Argentina el pasado 19 de noviembre y desoyendo el pedido de diálogo y consenso reclamado desde los más diversos actores de la UNC, Juri convocó al máximo órgano de decisión de la institución en tres lugares distintos. Tras no poder llevarla a cabo en el campo escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, situado a 25 kilómetros de la Ciudad Universitaria, el punto de encuentro marcaba al Pabellón Amarillo del Complejo Ferial, a 11 kilómetros del Pabellón Argentina. Con un despliegue policial que incluyó a la policía federal, a la policía de la provincia y a personal de gendarmería nacional y mientras las cámaras de televisión enfocaban a Juri conversando y forcejeando con los manifestantes que intentaban evitar su ingreso al recinto montado para la ocasión, la Asamblea sesionó sin el rector. En siete minutos, aprobaron una reforma que cambia la vida institucional de la universidad más antigua del país.
¿Qué fue lo que llevó a un hombre con la experiencia de Hugo Juri a tomar tamaña decisión? ¿Qué factores de poder se pusieron en juego para avanzar en una tan arriesgada estrategia que pone a la UNC en boca de todo el país? ¿Que buscó exponer, demostrar, dejar al descubierto el actual rector? ¿Quién se beneficia y quienes pierden con lo sucedido en la mañana del jueves?
* La inseguridad política: Uno de los principales factores que, desde la oposición, se argumentaron para trata de explicar el supuesto apuro del radicalismo universitario para avanzar en la realización de la asamblea era la falta de certezas con respecto al real respaldo que la decisión podía sostener con el paso del tiempo. Luego de haber recuperado las riendas del poder universitario en una ajustada elección rectoral, la construcción de poder del tandem Juri-Yanzi comenzó a desplegarse con el fin de unir las voluntades que le permitiesen asegurarse el objetivo de la reforma, asumida como compromiso por el rector desde el momento mismo de su triunfo electoral. Los resortes de poder interno de las facultades y de la propia universidad le dieron al oficialismo la oportunidad de reunir voluntades para finales de este 2016. Eso sí, nadie podía asegurar que ese panorama no se modificase hacia el año que viene. Este argumento no fue del todo ocultado por los defensores de la reforma que entendían que el momento era «ahora o nunca» y actuaron en consecuencia. La reforma se aprobó con apenas un par de votos más de los necesarios para obtener la necesaria mayoría simple.
* La necesidad interna: Tras aprobarse la modificación de los estatutos, los festejos no se hicieron esperar. Las manifestaciones de algarabía reivindicaban el accionar del oficialismo como una conquista conseguida a partir de la «lucha» y la «resistencia» ante las «adversidades» que se pusieron de manifiesto a lo largo de todo el proceso. Luego del golpe sufrido tras la suspensión de la asamblea de noviembre, Juri y su brazo estudiantil (la Franja Morada) entendieron que era necesario redoblar la apuesta y evitar cualquier contratiempo. De esa manera, la aprobación del proyecto es leído por muchos como el fortalecimiento de un grupo político que había empezado a pasar facturas al interior de su propio espacio luego de la interrupción del pasado 19 de noviembre.
* El globo de ensayo: La necesidad del apuro también se explica a partir de una serie de objetivos que no se concentran en la vida interna de la Universidad Nacional de Córdoba sino en un proyecto universitario a nivel nacional con el que Juri (que además forma parte de la mesa de intelectuales asesores PRO convocados bajo el nombre de Consejo Presidencial Argentina 2030) se había comprometido previamente. La reforma que concentra el poder en las universidades de corte profesionalista y relega a las demás (científicas y humanísticas) al virtual ostracismo político parece enmarcarse en un plan nacional que muchos indican como un paso fundamental hacia la mercantilización de la educación superior en nuestro país. El hecho fue advertido en un duro documento firmado por el gremio de los docentes universitarios cordobeses en el que señalan que las «restricciones a la democracia en nuestra universidad adquieren especial significado en el marco de la embestida oficial contra las Universidades Públicas y el Sistema Científico Tecnológico Nacional. La caída del salario real de los trabajadores docentes y no docentes, el brutal ajuste presupuestario, el desmantelamiento de los programas socioeducativos, la paralización los Programas de Desarrollo Universitario, la enorme reducción de becas estudiantiles, sumados a una feroz campaña mediática y judicial de desprestigio de la educación pública, implican enormes retrocesos en el carácter inclusivo e igualitario de nuestras universidades y expresan un giro orientado a la mercantilización del conocimiento. En este sentido, la UNC aparece a la cabeza de las casas de estudio dispuestas a implementar las reformas reclamadas por el mercado y promovidas desde el Ministerio de Educación y Deportes«.
Exclusivos o combinados, los factores que influyeron en la decisión del rector abre un complejo escenario para el futuro político de la universidad. La imposición de la postura oficial en la asamblea logró unificar las lecturas opositoras que, tiempo atrás, expresaban diferencias sustanciales. De cara a un mapa que vuelve a rearmarse y con la pasada elección de la FUC como antesala, Hugo Juri tendrá poco tiempo para celebrar.