Reforma electoral en la UNC: Entre la oportunidad y la quietud

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La cultura política de Universidad Nacional de Córdoba quedó expuesta el pasado fin de semana. La necesidad de modificar las formas de elección de sus autoridades, que desde hace más de una década viene poniéndose en cuestión, tomó una relevancia social que no hizo más que sacara a relucir una serie de prácticas y modos de construcción que en cierto modo explican el pantanoso territorio sobre el que el presente universitario se encuentra parado.

Hugo Juri y Pedro Yanzi Ferreyra.
  Rector y vicerrector: Hugo Juri y Pedro Yanzi Ferreyra.

Ahora, el rector Hugo Juri dice que «a lo mejor» dijo un «poco apurado» lo de invitar a la sociedad civil a participar de la elección de autoridades. «En esta asamblea particular hay un temario específico que no puede modificarse» expresó corriendo el cuerpo de sus propias declaraciones. Ahora, cree que la Asamblea de votar por la elección directa en abstracto. Es decir, «dejar la discusión sobre las ponderaciones para el año que viene o para el 2018«. En el fondo de la cuestión, Juri busca salir ileso de una disputa política de la que su sector político (y él en particular) aparece como el más damnificado. No hay espacio representativo en la UNC que se atreva a posicionarse abiertamente en contra de la modificación de los estatutos para cambiar el actual sistema de elección. Si la oposición acepta el paso de emergencia, es posible que la elección directa (el qué) sea aprobado casi por unanimidad. Juri, que perdió en su intento de imponer su proyecto de distribución de poder (el cómo), deberá esperar para definir las formas que tomaran los procesos electorales por venir.  Para Marcelo Conrero, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y  vicerrector de gestión institucional, «si es un problema darle mayor poder a las facultades más grandes, la solución no puede ser dárselo a las más chicas«. Para el decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Diego Tatián, «actualmente hay una igualdad en la representación. Eso lo establecen los estatutos, pero el proyecto del oficialismo destruye el principio de igualdad«. Si la desconfianza y las sospechas se hacen a un lado y la elección directa se aprueban antes de fin de año, esta será la discusión que ocupará la atención de los claustros universitarios de aquí en más. Si no, a ese debate se le sumará el que definan las conveniencias del momento y la reforma estatutaria volverá a tambalear.

Por otro lado, si el grupo oficialista tomó nota del pliego de pedidos de quienes tomaron el Pabellón Argentina, o espera hasta la normalización de las facultades de sociales y de ciencias de la comunicación previstas para el año 2018 o decide dejar de lado el criterio por el cual aparta de la discusión a sus representantes. Si no lo hace, puede volver a la carga a comienzos del año que viene. Siempre y cuando mantenga el ajustado margen de voluntades que le permiten imponer su proyecto.

Córdoba, a la cola.

Alberto Cantero fue rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto en cuatro oportunidades. Durante su segunda gestión, se modificaron los estatutos que avanzaron hacia una reforma electoral que luego se diseminó a lo largo de todo el país. En el año 1993, la discusión llevó a un esquema de elección directa cuya ponderación garantizó la igualdad en el peso de cada una de las unidades académicas que la componen.  El peso de los claustros avanza hacia la igualdad entre no docentes y graduados (11% cada uno), mientras que los docentes tienen el 53 % y los estudiantes el 25%.»Se vota una fórmula, por padrón único. Cada unidad académica participa en igual porcentaje. Son cinco facultades y cada una representa el 20% en el total» dice Cantero a Cultura Canibal. «Fue una discusión ardua pero se llegó a consensuar una forma que luego de propaló hacia otras universidades del país» dice. Consultado por la forma en que observa la forma en que se ha dado la discusión en la UNC, el también ex intendente de Río Cuarto y diputado nacional entiende que «el establisment político académico y la familia cordobesa no quiere la elección directa» lo que considera «una macana, ya que tener elección directa es un enorme cambio. Ojalá puedan retomarlo con la estructura que corresponde. La elección directa por fórmula y con participan los 4 estamentos es un cambio cualitativo e irreversible. Lo de las proporciones de cada unidad académica es un tema central. En el corto plazo, las discriminaciones son insostenibles ya que es una bandera de lucha muy fuerte y que se vuelve fundamental para el conjunto y los estamentos de las unidades discriminadas» señala.

En la Universidad de Villa María los resultados electorales de cada una de las unidades académicas también se expresan de modo igualitaria. Las ponderaciones por claustros son mayores para docentes y estudiantes (representan el 54% y el 27% respectivamente) y se achica para graduados y no docentes (9,5% cada uno). Una segunda ponderación, iguala el peso entre las facultades garantizando «la integración e interrelación de fuerzas da posibilidades a los institutos chicos de crecer, y a los grandes, de tener una visión integrada de la universidad” consideró el rector Luis Negretti en una nota publicada en el diario La Voz del Interior.

Con Juri y su grupo político recalculando movimientos, la Universidad Nacional de Córdoba deberá decidir si avanza en una reforma que la ubique en el conjunto de casas de altos estudios que han logrado avanzar en mecanismos más democráticos de representación política o si las urgencias generadas por los oportunismos del momento volverán patear la discusión hacia adelante para que todo siga igual. De mal.

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Fuentes consultadas: Radio Nacional Córdoba, Diario La Voz del Interior, Cba24n.com.ar, DiarioTortuga.com.

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