En sendas entrevistas dos reconocidos fotógrafos decretan la pena de muerte a la fotografía a manos de la imagen, «un lenguaje al que no le interesa la calidad, el arte ni la memoria».
Joan Fontcuberta y Sebastião Salgado coinciden en un punto: La imagen, lo que retratamos con nuestro teléfono celular, lo que subimos a Instagram o Facebook, no es fotografía, aunque uno sostiene que ya ha muerto, mientras el otro no le da más de 30 años de vida.
Fontcuberta es un fotógrafo, ensayista y promotor del arte nacido en Barcelona y profesor en Harvard. En una entrevista que concedió al periódico español El Independiente, presenta a la postfotografía, es decir la imagen que «ni es necesariamente verídica (para eso está el Photoshop), ni su función es el recuerdo y, además, ha pasado a ser efímera». Remarca la paradoja que establece la defunción de la fotografía justamente cuando más imágenes son capturadas. “Necesitaríamos 50 años para ver las que se suben (a las redes sociales) en un sólo día. Hacemos constantemente fotografías que nadie ve. Ni nosotros mismos. Nos ahogamos en las imágenes», declara en la entrevista con el medio ibérico. Fontcuberta amplía el concepto en el documental Homo (post)Photographicus.
Entre 20 y 30 años
A diferencia del anterior, Sebastião Salgado no cree que la fotografía haya muerto, pero vaticina que no le quedan más de 20 o 30 años de vida. Uno de los artistas más reconocidos a nivel mundial, quien rechazó una oferta de trabajo en el Banco Mundial -además es doctor en economía- para fotografiar los dramas de África, reconoce la diferencia en lo digital pero también en lo material; sostiene que no es lo mismo un teléfono celular que una cámara fotográfica profesional.
Ante periodistas de todo el mundo, al ser homenajeado por el Estado Brasileño, reconoció que trabaja con equipos digitales pero que su método de revelado es una mixtura entre lo antiguo y lo moderno. «En la realidad solo cambié un soporte plástico, que era el negativo, por un soporte digital, pero el resultado matemáticamente es el mismo. Soy muy feliz con el proceso electrónico porque las cámaras son muy modernas. Tengo una calidad que nunca tuve», admitió, aunque reiteró que la imagen que vemos en las redes sociales «es otra cosa». Tendremos que esperar 30 años, ¿el tiempo les dará o no la razón?
Fotografías de Sebastião Salgado